By Vocalizarte • 13 marzo, 2018 • No Comments
Recuerda que el 15 de marzo tenemos una nueva sesión clínica donde trataremos la Disfonía Infantil de tú a tú. Hablaremos de la ronquera en el niño, no es normal que un niño esté ronco.
Hablamos de la ronquera en el niño. La disfonía es la alteración de una o varias de las cualidades de la voz (intensidad, tono y/o timbre). No es normal que un niño esté ronco, si la ronquera se mantiene hay que consultar con el especialista.
Los niños son gritones y juguetones, son niños. Pero, en general, la voz resiste en esta etapa de la vida. Las cuerdas vocales de los niños están diseñadas para soportar los excesos vocales de la infancia, no tienen conformado el ligamento vocal hasta los 9 años más o menos y son tremendamente elásticas y resistentes. Pero algunos niños tienen problemas en forma de ronquera persistente.
En la muchos de los casos no hay lesiones orgánicas solo un sobreesfuerzo continuado, una mala higiene vocal y/o un patrón familiar de uso incorrecto de la voz que llevan a una hiperfunción fonatoria y por lo tanto su tratamiento será entrenar al niño y a la familia para corregir y mejorar el cuidado vocal.
En otras ocasiones hay lesiones orgánicas, visibles mediante exploración instrumental. Siempre se han descrito los nódulos vocales como las lesiones más frecuentes en la infancia pero, en nuestra experiencia clínica y con los avances diagnósticos (mejores exploraciones y mejores instrumentos de visión), hemos comprobado que la mayoría de las lesiones, cuando existen, son lesiones congénitas benignas (sulcus glotidis, microquiste, vergeture, sinequia comisural anterior). Lo que antes diagnósticábamos como nódulos hoy podemos comprobar que muchos no lo eran y se trataba de lesiones congénitas, fundamentalmente microquistes. Y también hay lesiones nodulares, granulomas y otras lesiones posibles que hay que diagnósticar mediante exploraciones especiales .
Lo más importante es hacer un diagnóstico precoz y un tratameinto precoz que permitirá solucionar la hiperfunción, elimnar las lesiones o aprender a convivir con las lesiones congénitas conociendo los límites de la propia voz para no sobrepasarlos.
Solo en casos excepcionales se indicará la cirugía que se intenta hacer en niños muy motivados y no antes d elos 9-10 años. Generalmente es la evolución en el tiempo, a lo largo de los años, incluso hasta la adolescencia, la que nos dirá si hay que hacer cirugía o no, seguún el grado de confort fonatorio o de recuperación funcional que tenga el niño .
Generalmente la disfonía es bien tolerada por el niño y la familia y todos están a costumbrados a esa voz ronca habitual y no son consciuentes d eque tienen un problema. Generalmente será el maestro, el profesor de música o el pediatra el que hará la detección y aconsejará consultar con el especialista. Son niños que vuelven afónicos o roncos d elas excursiones del colegio, de los cumpleaños, de las reuniones familiares, d elas actividades deportivas. En época escolar suelen estar peor. No pueden cantar en las clases de música o no llegan a las notas altas. Suelen ser niños inquietos, activos y gritones y en muchas ocasiones en la familia hay alguien con ronquera o hay malos hábitos vocales (hablar muy alto, tener siempre ruido de fondo en la casa por la TV, música, hablar de una habitación a otra, no respetar los turnos de palabra, etc) También son niños que suelen tener muchos catarros o infeciones de garganta o alergias no controladas. Los padres, por desconocimiento y acostumbramiento, no suelen dar importancia a estos hechos.
La terapia vocal en el niño implica entrenarlo de una manera lúdica, apoyar e informar a los padres, que sepan lo que hacemos en las sesiones, los cuidados de la voz y, generalmente no son necesarios largos periodos de tratamiento. En ocasiones hacemos pequeñas tandas de terapia según los niños van creciendo y madurando.
Cuando llegan a la adolescencia la laringe crece, desciende y muda la voz, en el varón baja una octava y en la mujer media. En muchos casos de niños disfónicos no se consigue confort fonatorio hasta que no se producen estos cambios. Por eso, una vez que damos el alta en terapia vocal, el Foniatra suele hacer un control periódico (anual o bianual) de estos niños hasta que que completen el desarrollo.